En esta ocasión, les propongo una reflexión acerca de la familia y su papel determinante para las habilidades de socialización de sus miembros, asimismo en tensión con la influencia mediática a la que estamos sobreexpuestos como generaciones nativas digitales.
1. Tanto yo como mis alumnos pertenecemos a generaciones nativas digitales; en consecuencia el bombardeo mediático enfocado al consumo, bajo una lógica de usar-y-tirar, no ha sido una opción para nosotros, sino una marca definitoria de nuestra vida en familia. Como resultado, creo que la vieja discusión acerca de si los medios influyen nuestras vidas o bien nuestras vidas se hallan reflejadas en los contendos mediáticos, está ya superada por obsolescencia y en este momento, es muy claro que ambas cosas son reales y vigentes. De ahí que las redes sociales, la televisión, radio, cine, prensa, etcétera, no solamente sean la pasarela en la que se representan nuestros estilos de vida, sino que son al mismo tiempo la plataforma de lanzamiento de esos y otros estilos de vida; por ello la enajenante manipulación mediática que se enarbola desde hace décadas (Horkheimer y Adorno, 1998, p. 165-171), tiene su correlato en la decadente vida humana de la actualidad. Como la serpiente que se muerde la cola, vida humana y aspiración mediáticamente trasmitida, se suceden y entrecruzan en un ciclo que puede extenderse ad infinitum.
2. Los medios de comunicación están ahí, transmitiendo sin descanso sus mensajes con la orientación que ya conocemos y que menciono en el primer párrafo. La decisión de retomar los mensajes mediáticos es nuestra; el problema reside precisamente ahí. Hemos crecido como sujetos que rehuyen la decisión, que no se han entrenado para tomar decisones efectivas, fundamentadas o siquiera conscientes, que entregan su albedrío a las opciones prefabricadas del mercado, de la moda, de las canciones populares, de las tendencias tecnológicas, etc.
Atribuyo este abandono a la falta de formación familiar acerca de la toma de decisiones, sus implicaciones, efectos y consecuencias para con los demás. Las familias tradicionales están en franco retroceso; pero no ha dejado de haber familias y el desafío no es llevarlas de vuelta a la época idílica de los valores universales o de la moral conservadora, sino asumir que estas familias postmodernas son las que existen a partir de ahora y con ellas podemos y debemos trabajar.
El pertenecer a una familia no tradicional no implica necesariamente una carencia de compromiso social; no hay condicionantes irreversibles sobre ello y nos corresponde demostrarlo. Voy a poner un ejemplo simple: si nos quejamos de la persistencia con que nuestros hijos, alumnos y demás adolescentes (incluso niños) acuden a los contenidos violentos, relacionados con drogas, moda y sexualidad, debemos reconocer que les son más atractivos que aquellas propuestas basadas en el respeto, la responsabilidad, el compromiso, la sobriedad, etcétera. Y les son más atractivos porque hemos permitido que así lo sean: no hemos generado las alternativas que puedan competir contra las franquicias del entretenimiento violento y sexual; queremos contrarrestar las influencia de los videojuegos con libros, o de los blogs con conferencias magistrales y lo cierto es que esta batalla deberá librarse en el terreno mediático masivo, en el territorio mismo de las influencias que consideramos perniciosas para el desarrollo de nuestros niños y adolescentes.
Como ejemplo de un esfuerzo en ese sentido, quiero hacer referencia al proyecto SOLE de Sugata Mitra (2015), que ataca el problema educativo en el terreno de las TIC y sin depender de la escuela; este ejemplo podríamos retomarlo a la hora de competir efectivamente con las influencias perniciosas de que vengo hablando y sugiere la pregunta detonante.
Es un gusto pensar en su compañía. Ojalá puedan comentar.
Leopoldo Basurto Hernández
Referencias
Horkheimer, M. y Adorno, T. W. (1998). Dialéctica de la ilustración. Fragmentos filosóficos. (J. J. Sánchez, trad.). (3a. ed.). Valladolid: Trotta.
Mitra, S. (2015). School in the Cloud. Microsoft-Newcastle University-TED. Recuperado de http://www.theschoolinthecloud.org
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